Es curioso como en tan pocos años uno puede sentir que tiene tantas deudas pendientes, y no me refiero a responsabilidades monetarias, sino a obligaciones morales que uno mismo se va creando en el camino de la vida. Son pequeños pellizcos en tu cabeza que no te permiten dormir, eso que sabes que en determinado momento debes cumplir. Puede ser un viaje a algún lugar, probar una comida en especial, reencontrarte con un amigo de la infancia, conocer a alguien que admiras, conquistar a la mujer u hombre de tus sueños o, ciertamente, puede ser también experimentar ese juego que por alguna razón te saltaste en el pasado. En Deuda Histórica nos dedicaremos a esto último, a pagar esas deudas de juegos pendientes y narrar nuestra experiencia en el proceso.
Me crié en la época donde tener una consola era un privilegio y soy un agradecido de ello, ya que cultivó al gamer que soy en la actualidad. Sin embargo, esta epoca que para muchos fue gloriosa, en mi caso se caracterizaba por ser una etapa de bastante austeridad, ya que mis padres ya consideraban la consola como una gran inversión y no entendían mucho esto de ir comprándole juegos, por lo tanto, en mi infancia fui de aquellos que tuve dos o tres títulos por año y eran esos que llegaban en navidad o para tu cumpleaños, no había otra instancia para pedirlos, porque la respuesta siempre era no. Es debido a esto que antiguamente al menos yo disfrutaba con otro gusto los juegos, motivado porque no tenía muchos, me jugaba una y otra y otra vez los mismos y me los conocía de memoria y competía conmigo mismo para alcanzar mejores tiempos y puntajes. Es en este contexto que entenderán que hacerme con la colección completa de alguna franquicia era una utopía y entenderán también que el protagonista de este artículo nunca llegó en mis navidades pasadas y que, por fin, tras largos años de espera pude saldar esta deuda.
Mis expectativas iniciales
Como mi único encuentro con juegos de la franquicia de este estilo fue el Resident Evil 3: Nemesis (y por este estilo me refiero a cámara estática y el survival horror clásico), la verdad es que esperaba re encantarme con esa mecánica de juego que conocí y odié cuando era pequeño. También hay cierto grado de curiosidad por conocer la historia de Resident Evil y cómo se desenvuelve en este título, porque por mucho que uno averigüe o se informe sobre lo que pasó en respectivo juego, nada supera al jugarlo y vivirlo en carne propia. Finalmente, mi expectativa inicial estaba un poco recelosa, ya que como dije anteriormente, yo no soy un hater del camino actual de Resident Evil, pues a decir verdad me gusta, y bueno, conocer este título que muchos fans aman y que lo utilizan para denostar a los nuevos, pues crea sentimientos encontrados, o más bien me hace pensar: ¿hasta qué punto la gente puede auto-engañarse y elevar a la categoría de obra maestra algo que tal vez no lo sea con el fin de buscar excusas? En fin, todo eso pasó por mi cabeza cuando me decidí en saldar esta deuda histórica con una de mis franquicias favoritas, jugando Resident Evil HD Remaster.
Primeros minutos con el juego.
Como ya mencioné anteriormente, esta deuda está saldada en esencia, en espíritu, pero no en lo concreto. Esto porque es la version HD remaster la que estoy usando para escribir este articulo, por lo tanto, no es el original que llegó a PSX por allá por los años 90. Esto significa que algunos temas como apartado gráfico no son parte de esta primera impresión, aunque sí es importante destacar que el trabajo del apartado gráfico para llevarlo a estándares actuales es sobresaliente y muy bien logrado.
A decir verdad, es evidente que Resident Evil en sus inicios seguía un patrón claro en cuanto a su gameplay y que resalta inmediatamente al comenzar a jugar R.E. HD Remaster. Primero, nos encontramos con un mapa dividido en habitaciones, de las cuales no a todas podemos acceder, y para lograrlo debemos descifrar puzzles y encontrar los elementos necesarios para abrirnos paso por esta mansión, lo que nos obliga a recorrer varias veces los mismos pasillos en busca de todas estas piezas, del mismo modo que los enemigos son dinámicos, ya que van cambiando de habitaciones según avanza el juego. Otros elementos que saltan a la vista son los recursos que tenemos, bastante limitados, disponiendo de escasas balas para nuestras armas (los enemigos no dan items al morir), pocas formas de recuperarnos y careciendo de los actuales checkpoints, es decir, si no hemos grabado, perdemos todo y volvemos a empezar. Todo esto resalta enseguida, debido a que es una una forma de jugar, un estilo de juego, que esta franquicia y la industria parecen haber dejado en el pasado y lo han reemplazado por juegos con gameplay más sencillos y sin que el jugador tenga que pensar mucho y solo se preocupe de avanzar.
Invadiendo mi zona de confort
Acostumbrado a los juegos actuales de acción y a los juegos que graban de forma automática, volver a estas raíces implicó un total desafio, porque significaba que ahora como gamer debía de ser proactivo y que el juego no me ayudaría en nada, ni autosaves, ni tips, ni rutas marcadas, ni un hada que me ayude, ni mucho menos diálogos que me guiaran por el buen camino. En Resident Evil solo encontraba dos cosas por donde quiera que iba y eran puertas abiertas o cerradas, algunos items variados sin relación aparente entre ellos y zombies que no querían ser mis amigos. En Resident Evil tuve que pasar del jugar acostado al jugar sentado, porque si no, no era posible seguir avanzando en el juego, requería de mi mente y cuerpo concentrados en lo que estaba haciendo, esa comodidad con la que jugaba muchos juegos de hoy, la tuve que dejar para no perder varias veces en la misma parte, para no perder sin haber grabado, para recordar que tenia que grabar y por sobre todo para que me crujiera el mate para saber cómo cresta abrir una puerta cuya clave se encontraba escondida en una mesa de billar en el otro extremo del mapa.
El paso del Tiempo
Es indudable que los años han pasado y han afectado a este titulo, no en el sentido de que haya perdido alguna calidad como tal, si no que nosotros nos volvimos más torpes, mañosos y poco pacientes. En una época gamer que nos tiene acostumbrados a los juegos donde solo hay que avanzar, una época que nos ha quitado el habito de saber usar tus checkpoints, y lo más importante, una época donde la Internet es grande y los tutoriales y guías abundan, le hacen la pega difícil a Resident Evil de cumplir su objetivo final.
Hoy por hoy, muchos de los gamers nacidos en esta generación no podrán jugar mucho de este título sin aburrirse o sin quedarse trabados constantemente y recurriendo a cuanta guía y tutorial encuentren para poder pasar, porque este juego es de otra época, de esa en la que los juegos te seducían con sus experiencias, te frustrabas porque te exigían ser un jugador no solo sabio, sino que también astuto y hábil. Cuando conocí el ya mencionado Resident Evil 3: Nemesis, tardé varios años en terminarlo, ya que estaba solo frente a Racoon City, tratando de resolver los puzzles, entender qué hacer y librarme de mis miedos para seguir jugando, porque en ese entonces apenas me podía sonar solo (o limpiarme el culo). Sin embargo, en la actualidad no todo está perdido, ¿recuerdan P.T.? El demo/trailer jugable que revolucionó a la industria el pasado 2014, el cual nos traía múltiples acertijos, atmósferas de terror tanto físico como psicológico y el tener que recorrer una y otra vez la misma habitación hasta dar con la salida, pues eso, eso era Resident Evil hasta que se volvió un juego de acción, si P.T. logró causar tal revuelo es que la industria no nos ha atrofiado del todo y todavía somos capaces de jugar cosas así, y más importante aún, es que como gamer todavía nos gusta hacerlo.
Veredicto: Debes jugarlo
Sin lugar a dudas, un must have, o mejor dicho, un must be played, que todo buen gamer debe experimentar al menos una vez, aunque este sea de la nueva escuela, ya que RE propone una dinámica de juego como tal que no merece ser olvidada y que espero de corazón vuelva en gloria y majestad a la industria, ya sea con el nombre de Resident Evil o con cualquier otra propuesta que des-atrofie nuestros cerebros.
Y tú, ¿Tienes una deuda histórica?
Comentalo aquí mismo y, si te animas, puedes escribir un completo artículo al respecto en nuestro Circulo IR.