Dos Centavos es un espacio en que entregamos nuestra opinión acerca de los temas que más nos interesan, aun cuando nadie nos la pida. Serie de ocho episodios editada por Alex Wheeler, narrada por Aero y coescrita por el staff de IRGamers, que en este octavo y último episodio habla de cómo actualmente ya realmente no existe el sentimiento de sorpresa en los videojuegos.
Queda a opción del lector seguir leyendo o ver el video. Nosotros altamente recomendamos ver el video.
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En la industria actual del videojuego se ha vuelto costumbre al momento de hacer publicidad, contarte cada uno de los secretos que incluye un juego. Da la impresión que los spoilers son decisivos al momento de hacer marketing. Ya casi no hay sorpresas. Estamos condicionados a conocer todo el contenido del juego para decidirnos a comprar, pero… ¿Es necesario? ¿Ya no confiamos?
Los tiempos han cambiado. La información se mueve veloz por las redes sociales y es muy fácil enterarse de todo. Pero siempre será decisión de las editoras qué contenido mostrar, y qué cosas guardar para sorpresa del usuario. Y ese es el punto del que se han olvidado. Se sacrifica mucha información interesante en pos de la venta del juego. Y con esto no quiero decir que un juego publicitado de esta manera sea malo, pero como jugador que soy de hace muchos años, extraño con mucha nostalgia sorprenderme en mitad de una partida por sucesos que no esperaba en lo más mínimo. Ya no hay interés por la sorpresa, por lo oculto, por sorprender con detalles que nadie espera, con secretos que descubren los mismos jugadores. Parece ser que desentrañar el contenido del juego es el único modo de venderlo.
Hace un tiempo, Platinium Games contó que en su juego The Wonderful 101 de WiiU se podía desbloquear a Bayonetta y a Jean (también de la saga Bayonetta) en la misión 001 manteniendo pulsado el botón ZR y presionando Arriba, Abajo, Arriba, Derecha, Izquierda, X, B, Y, A. Hace mucho tiempo que no sabia de un código secreto con estas maneras. Es algo que simplemente ya no se ve. Se perdió completamente ese misticismo, aquel rumor que nos llevaba a descubrir si había algo oculto. Y en los casos en que se plantan pequeños secretos dentro de un juego, es la misma editora la que termina por mostrarlos. O alguien en youtube, o alguna guía en alguna página. Y lo peor es que no solo desvelan su existencia, también cómo descubrirlo.
Actualmente se perciben muchas caras conocidas en el la industria, hay poca cabida para las nuevas propiedad intelectuales, y por tanto muchas entregas de renombre se ven obligadas a aportar novedades suficientes para desmarcarse de anteriores entregas. Y usualmente todas las novedades son presentadas en trailers y eventos. Cada día más cercano al lanzamiento es el momento perfecto para que, gota a gota, nos revelen absolutamente todo. Incluso el día en que el juego está disponible, nos recuerdan todo lo anterior en un trailer de lanzamiento. De otra manera ¿Alguien compraría la nueva entrega? Y conociendo de antemano todo lo nuevo ¿En dónde queda el factor sorpresa? ¿Dónde queda esa sensación de estar jugando algo nuevo, algo fresco, algo conocido, pero no del todo?
La experiencia del descubrimiento se ha esfumado y en su lugar experimentamos la sensación de reconocimiento, de identificación de algo que sabíamos estaba ahí, pero que ahora corroboramos de manera empírica. Definitivamente esto no es tan satisfactorio como descubrir las cosas por ti mismo, pero nos hemos acostumbrado a este modo de operar, a este reconocimiento disfrazado de novedad, de sorpresa. Como yo, muchos prefieren the real sorpresa, pero evitar la información es difícil. Lo es. El interés nos traiciona y la información está tan a la mano que muchas veces la tomamos. Hemos perdido confianza en las editoras y ellas lo han notado. Notan que sus sagas anuales sorprenden poco, y nos ofrecen versiones “nuevas” que realmente son más una suerte de revisiones con nuevo aspecto y una que otra novedad en la mecánica jugable.
Se volvió costumbre que trailer tras trailer, se desentrañen las novedades y sorpresas del juego antes de ser lanzado. Revelado nuevo personaje, nuevo mapa, nueva arma, pista, mecánicas, traje, dlc, etc, la idea es no dejar nada bajo la manga, se debe revelar todo. ¡Y ojo!, todo es digno de trailer (incluso el perrito del CoD Ghost). ¿Se acuerdan? Todo debe tener video, porque aunque ya sabemos que tal asunto viene en nuestro juego, deben mostrarnos cómo se ve, cómo manejarlo, mostrar que tiene un nuevo aspecto. Recuerdo como si fuera ayer cuando leí que en Assassins Creed Unity (Alerta de Spoiler) el animus podía presentar anomalías, dejándote en alguna época histórica aleatoria (Fin spoiler) y me pareció una idea bastante buena, pero me hubiese encantado descubrir eso mientras jugaba. Algo similar me pasó con Hyrule Warriors. Era casi un video por semana para la campaña publicitaria. Eran demasiados, y uno para cada cosa. Y sin ver muchos, el juego me sorprendió gratamente en varias ocasiones.
El hype es un termino que sin duda se puso de moda en la industria del videojuego. A grandes rasgos, se refiere al interés aumentado que puede generar una publicidad respecto de algún producto específico. Me acuerdo con mucha satisfacción que muchos años atrás no necesitábamos tanto convencimiento para comprar un juego. La decisión era más simple porque se confiaba más en las editoras. Había un margen de calidad que se daba por cumplido, pero que con el tiempo se fue difuminando. ¿La calidad está siempre en duda al día de hoy? Da la impresión que así es. Como en todo, hay casos específicos en que se confía en tal estudio o editora, pero en general hay desconfianza. Obviamente un juego debe ser publicitado, pero con reservas. Hay que ser cuidadoso y dosificar la información, el hype excesivo puede menguar el interés inicial o incluso generar que todo parezca repetido. Ya no nos convencen sin mostrarnos todo. Incluso los dlc son anunciados antes de lanzar el juego, y esto es un tema del que se podría escribir mucho más. Queremos saber en qué se ha ocupado cada mb del BluRay, sacrificando eventualmente muchas de las grandes novedades que estaban guardadas y que podríamos descubrir nosotros mismos
Y esto han sido… mis dos centavos