A propósito de Yooka-Laylee me di cuenta lo recurrente que se ha vuelto esto de los «herederos espirituales» Sin lugar a dudas la historia del videojuegos nos ha dejado varias experiencias memorables que por x motivo no han vuelto a verse en el panorama actual del videojuego. Atrás quedaron Castlevania, Banjo Kazooi, Earthbound y Megaman. O bien tenemos a disposición estas licencias pero bajo otras mecánicas jugables como es el caso de Castlevania y su re diseño al mundo 3D. Pero algunas otras se han quedado en el pasado (no en el olvido) y por razones que podemos o no conocer las desarrolladoras se niegan a traerlas de vuelta. Por otro lado tenemos estudios o personas que volcando esfuerzo en un trabajo personal o colectivo han puesto manos a la obra para dar vida a estos sucesores, que ya se vuelven algo común ¿no? «La secuela espiritual de…» o «El heredero espiritual de…» ¿Son realmente necesarios? ¿Llenan el vació que dejaron las obras que intentan replicar?
Grandes olvidados
Lo tenemos claro. Hay juegos que queremos de vuelta. Marcaron nuestra infancia. Dieron una vuelta de tuerca importante en su momento. O Simplemente por que tal cual como son basta para otorgarnos horas de diversión.
Varios son los títulos que queremos revivir por que nos encantaron. Verlos adaptados a la escena actual del videojuego y disfrutar tanto como hicimos antaño es un deseo de muchos. Pero esta industria no es la misma de hace años. Para bien o para mal la comunidad ha crecido y los jugadores mas nuevos pueden no sentir el mismo sentimiento de cercanía con sagas que no jugaron en su momento. Hay ip que se han hecho un espacio amplio en la comunidad de jugadores, un techo mas amplio incluso que el de algunas ip recordadas por muchos. Entonces nos encontramos con este problema comercial, en que como jugadores demandamos el regreso de algún juego que podría no cubrir la previsión económica de quienes lo desarrollan, o que puedan llegar a compartir butaca con alguna otra ip que se ha acomodado durante mucho tiempo en el mercado. Ahí tenemos el caso de F-Zero, que Nintendo tiene pendiente y destronado por Mario Kart, que actualmente ofrece una experiencia similar. Pero por otro lado tenemos a los chicos de Shin’en creando desde hace tiempo Fast Racing Neo que ya muchos llaman el heredero espiritual de F-Zero. También tenemos el caso de sagas que han cambiado de rumbo como Castlevania, al que difícilmente veremos en 2D nuevamente, sobretodo si comparamos las ventas de Lord of Shadows contra las ventas de Mirror of Fate. Y así varios van pasando al baúl de los buenos recuerdos.
La herencia no basta para mantenerse a flote.
No me desagrada en absoluto esta tendencia de los herederos espirituales. Pero la verdadera lastima es verlos en acción y pensar que, por ejemplo, si Mighty N°9 tuviese la licencia para usar a Megaman estaríamos fácilmente ante un nuevo Megaman (uno como se merece) Igual caso si Yooka-Laylee tuviese la licencia para usar a Banjo Kazooie. Realmente no se trata de secuelas o sucesores de ningún tipo. Son estrictamente nuevas propiedades intelectuales. Buscan atraer nuestra atención con similitudes a aquellos juegos que anhelamos, se asocian sin mas a un nombre recordado, pero están lejos de ser lo que dicen replicar. Definitivamente no es lo mismo. El efecto placebo funciona bien pero ¿En cuantos casos ha llegado uno de estos herederos a ser memorable como las experiencias de antaño? Muy pocos, quizás ninguno. Estos sucesores no dejan de ser una estrategia comercial camuflada de buen rollo y amor por la saga. Finalmente y contra toda otra buena intención, el dinero manda. Y no por nada es que apelan al tuyo en algunos casos, como Yooka-Laylee. Por eso a nadie le sorprende que ahora estén pidiendo 500.000 libras mas para pulir el juego y poner DLC gratuito a los contribuyente, siendo que hacer el juego costaba solamente 175.000 libras. Fuck logic.
Los resultados pueden ser geniales, pero el tirón comercial y el recuerdo de estos herederos espirituales suele tener un rápido final. Son mas bien un aperitivo que nos satisface mientras esperamos el plato fuerte. Pero ese plato fuerte puede que no llegue en mucho tiempo. Esa saga que tanto queremos tener de vuelta puede que planee quedarse en el baúl del recuerdo por mucho tiempo y en tal caso es mejor vender la nueva propiedad como lo que es, buscar lo bueno y asimilarlo, no replicarlo. Tomar lo que sirve y darle forma propia, separarse de la materia prima. Un sucesor espiritual solo nos hará aminorar la espera por una fracción de tiempo que de seguro no sera suficiente. Lamentablemente estas nuevas ip, proclamadas herederos espirituales, beben de una herencia que se han adjudicado pero nunca pasaran a la historia. Todo es publicidad. No son secuelas, y como nuevas ip no ofrecen mucha cosa nueva que no se haya visto en aquel padre al que miran desde abajo, y del que heredaron sus principales cualidades.
Cuando los grandes no apoyan a los pequeños
Lo que aun no termino de comprender es como hay herederos espirituales con buen aspecto que termina sin ver la luz o terminan siendo un simple placebo. De momento no he sabido de alguna gran desarrolladora que tome un proyecto «heredero» en sus manos. Y no lo comprendo, siendo tan fácil como ofrecer parte de financiamiento o soporte técnico/humano, o cediendo licencias. Tengan por seguro que si Mighty N° 9 hubiese sido apoyado por Capcom, a día de hoy estaríamos esperando un nuevo Megaman. Igual caso con Shadow of the Eternals, ese sucesor espiritual de Eternal Darkness: Sanity’s Requiem que lamentablemente no consiguió el éxito en su campaña de financiación. Ese era un proyecto que tenia que tomar Nintendo en sus manos para re nombrarlo Eternal Darkness 2, sobre todo si la plataforma de destino era primeramente WiiU.
Tomar un proyecto en vías de desarrollo debería ser una practica fomentada en esta industria, sobre todo cuando se trata de proyectos que lucen tan bien como todos los mencionados en esta publicación. Y de esa forma la industria crece al dar cabida a estudios pequeños de dar a conocer su trabajo bajo el amparo de grandes desarrolladoras. Y de paso matan dos pájaros de un tiro al tomar posesión de un juego exclusivo a la vez que dejan mas que conforme al jugador con una nueva entrega de aquella saga dormida que parecía no volver a despertar. Pero algo no les permite ver estas cosas ¿Será que las grandes desarrolladoras tienen sus oídos y ojos a una distancia tan distante de estos pequeños proyectos, que nunca llegan a enterarse? No me lo creo mucho. Y puedo entender incluso que Nintendo sea tan celosa con sus propias ip ¿Pero que pasa con Microsoft, Sony, Capcom (bueno, esta ya se esta matando sola) SquareEnix (Como que también esta cavando su tumba)? Al final creo que me respondo yo solo. De momento a disfrutar de estos placebos llamados herederos espirituales. Vendrán mas seguramente, las ideas se agotan y colgarse de algo que fue muy bueno en el pasado es una publicidad muy buena, a la vez que gratuita.