¡Muy buenas tardes estimados lectores! nos encontramos con la -a la fecha- más aplazada de las entregas de la crítica (originalmente planeada para Octubre), pero dicen que más vale tarde que nunca; en este momento me encuentro en EE.UU. y he tenido bastante más tiempo para poder escribir y desarrollar proyectos que las obligaciones de la universidad me privaban, así que ahora, y para despedir este año, dedicaré este Spielenkraft a un juego de celular con una mecánica absolutamente sencilla, pero sin embargo que logra la absoluta perfección.
Señoras y señores, hoy traigo a la palestra:
Canabalt
*tap* *tap* *tap* *tap* *tap*
9.5
Música: 10
Trama: –
Jugabilidad: 10
Gráficas: 10
Replay Value: 9
“Lo Simple es más difícil que lo complejo: Tienes que trabajar duro para conseguir pulir tu pensamiento para hacer las cosas sencillas. Pero vale la pena en fin de cuentas porque una vez que llegas a ese punto, puedes mover montañas.”
Steve Jobs
Canabalt es un juego que salió el 2009 para PC a modo de flash, y luego fue llevado a iOS y Android. La premisa del juego es simple: controlas a un hombre que intenta escapar de su destino -inexorable destino-, corriendo por los techos de una gisacea y lúgubre ciudad, esquivando cajas y sillas, quebrando vidiros y evitando misiles y murallas. En un principio, se podría decir que es el típico juego de «Endless Running», y aunque en su mecánica sea muy humilde, Canabalt es un juego que derrocha exuberancia y no tiene miedo en ser atrevido. Partiendo por el sountrack.
Y así es como empieza la más épica de las aventuras de los videojuegos mudos.
La música en Canabalt está cerca de la perfección en cuanto a videojuegos trata; retrata de forma magistral la acción, y el sentir de nuestro protagonista: «RUN!» de Daniel Baranowsky (el mismo que estuvo a cargo del sountrack de Super Meat Boy) debería ser enseñado a cada uno de los estudiantes de programación de videojuegos, y a cualquiera que quisiera incursionar en el mundo del entretenimiento interactivo.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=RCKvdBDq5L8[/youtube]
En el segundo 0:27 empieza lo más épico que haya llegado a los marketplaces de los smartphones
Esto se suma al gameplay absolutamente sencillo e intuitivo de Canabalt; el único comando es tocar la pantalla (o hacer click con el mouse) para que nuestro héroe salte; conforme vayamos jugando descubriremos que el personaje posee una aceleración constante, y que su velocidad va en aumento, y para controlarlo debemos estrellarnos contra las cajas, muebles o sillas en los edificios o techos. El fin del juego es correr lo más lejos posible, y se pierde cuando el compadre cae entre los edificios, o si le cae una bomba encima.
Me pregunto que habrá hecho este tipo para que tenga que huir de esta manera… y que lo detengan así.
Gráficamente, como había comentado, este juego entrega todo el lujo que tiene a su alcance, no deja nada a los azares de la vida; cada detalle está arreglado con un fino pincel (o programa) desde el fondo, donde se ven las maquinarias de la ciudad y los aviones persiguiendo a nuestro personaje, hasta el foreground, con los detalles de las palomas, los vidrios, los edificios, los colores. La sencillez de de los controles y lo «easy going» del juego mismo hace que muchas veces nos perdamos en todos estos detalles, y perdamos por estar pendientes de estos bellos y llamativos pormenores; llevando a Canabalt por sobre el mero juego, y haciendolo una experiencia -por sobre todo- audiovisual impresionante.
Run mah boy! Run to them hills!
En cuanto a Replay Value, no podemos exigirle mucho a un juego de celular, pero todo lo anterior mencionado lo hace una experiencia gratificante, y que se disfruta una y otra vez; Canabalt es más que un juego para pasar el tiempo mientras esperas la micro; es más que una aplicación para pasar el tiempo; Canabalt es un juego para alimentar la vista, para sumergirse, para darle toda tu atención.
Con mucha felicidad debo decir que hace unas semanas el MoMA (Museum of Modern Art) de Nueva York compró los derechos de varios juegos para ser presentados en sus inmediaciones como obras de arte; entre ellos se encontraba Canabalt. Me es grato saber que al día de hoy se estan empezando a considerar obras como esta obras de arte como tales; obras que merecen nuestra absoluta atención, obras que requieren de un parentesis de nuestras facultades, por el mero goce estético de ellas.
¡Felices fiestas mis queridos lectores!, este fue el último Spilenkraft del año, y espero que para el que venga nos encontremos varias veces más; por lo menos ahora en verano me verán más seguido. Promesa de Rockstar. Espero nuevamente que el artículo haya sido de su agrado, así como el «Una Mirada Diferente a Another World» de más temprano, recuerde seguir a IRgamers en Facebook y Twitter, y que yo me encuentro en la casilla de Twitter @IndexAske
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¡Feliz Navidad, y que tengan un excelente 2013!
Atte.
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