En checkpoint evocamos algo que forma parte del pasado de los videojuegos, ya sea un juego en particular, una curiosidad, un pequeño detalle que recordamos hasta hoy o simplemente una experiencia personal. Checkpoint es simplemente ese lugar, ese momento, que queremos dejar guardado en nuestra memoria.
En esta oportunidad hemos querido relatar una vez más experiencias personales. Es difícil no amar navidad. Para muchos puede tener significados muy variados y diferentes, pero incluso independiente de tu religión o de tus costumbres, esta es siempre una época especial o, al menos, distinta a las demás. Dentro de este contexto es que hemos querido indagar en nuestros recuerdos… ¿Cuál es ese regalo que todavía recordamos con gran cariño?
Nemesis
Era la época en que la TV se inundaba de comerciales gamer, época en la que recuerdo en especial los de DK 64 con bananas gigantes bloqueando calles o locales enteros destruidos por esos simios en la previa a lo que sería el lanzamiento de su nuevo juego. Poco recuerdo si es que yo pedí el N64 o si simplemente llego por obra y gracia del espíritu santo, todo eso no lo sé, pero si se que fueron unas vacaciones de verano increíbles jugando DK64, juego que curiosamente no jugaba yo en un inicio, lo jugaba mi primo grande (porque me quedaba con mis tíos en el verano), así que vi el juego completo desde el perfil de un espectador, algo así como twitch, pero en carne y hueso, jaja. Es curioso, porque esta situación de que jugara mi primo y luego yo, nunca fue por un tema de superioridad de edad o mucho menos, simplemente se dio y yo feliz de verlo jugar y aprender uno que otro truco para cuando me tocara jugar a mi. Después de un tiempo, la consola y el juego ya fueron de completo dominio y ahí pude jugar a destajo, aunque vale la pena mencionar que NUNCA me pude terminar el DK 64. Tenía todos los coleccionables, todos los poderes y mejoras, había visto a mi primo ganar un millón de veces, pero no, cuando llegaba a la batalla final simplemente no podía y hasta el día de hoy debo decir que fui incapaz de terminarlo.
AlexWheeler
Mi mejor recuerdo de la infancia es sin duda alguna cuando tenía como 10-11 años, no recuerdo bien mi edad. El asunto es que yo me pasaba la vida jugando en la casa de mi vecina, ella tenía una NES y solamente el Super Mario Bros. Nos pasábamos tardes jugando, era la adicción. Yo nunca le pedí una a mis papas porque sentía que tenía siempre disponible la de mi vecina para jugar con ella cuando quisiera. Pero esa navidad uno de los regalos que abri era un cartucho del Secret of Evermore, ese videojuego al que le tengo tanto cariño. Yo obviamente estaba algo desconcertado porque no tenía consola y encima no sabía que ese juego era de una SNES, no conocía la diferencia. Al final, igual quedé contento porque podía jugarlo en la consola de mi vecina. Cuando llega el momento de abrir el regalo del “viejito pascuero”, para mi sorpresa era una SNES más un juego de los Power Rangers y el Donkey Kong Country. Me acuerdo que yo estaba super sorprendido, porque había pedido unos dinosaurios si mal no recuerdo, y mis viejos me regalaron la consola para que pudiera jugar en casa.
TheRealPhenom
La verdad es que las navidades tienen una relación inversamente proporcional con respecto a la edad de uno, se vuelven menos cool mientras uno envejece, pero no menos significativas.
En cuanto a regalos memorables, creo que debo indicar el año en que recibí una Nintendo 64 del Viejito Pascuero, obviamente el bundle con Mario 64, ahora, lo memorable no creo que sea por las razones que usted lector piensa, la verdad, lo recuerdo tanto porque estaba completamente aterrado por lo que estaba viendo cuando como a las 12 de la noche empezamos a jugar Mario. Era tan diferente y tan nuevo que mi mente de como 6 años no lo podía comprender, pero se me pasó…. Hasta que vi las anguilas.
Daziman
El regalo que más me acuerdo de mis navidades, bueno… no es mucho… fue hace bastante tiempo… fue cuando me regalaron mi Game Boy Color con el Pokémon Red. Fue genial, no me lo esperaba (creo), así que fue una gran sorpresa (creo). Además del Game Boy, nos regalaron un par de bicicletas a mí y a mi hermana (se… fue una navidad bien cara para mis padres ), así que esa misma mañana, mis padres nos llevaron a la Costanera de Punta Arenas para andar en bicicleta. Obviamente, yo ni toqué mi bici y estuve jugando toda la mañana, tarde, noche (o hasta que se acabaron las pilas AA) con el Game Boy, mientras mi hermana daba vueltas alrededor mío. Estaba tan feliz, pero nervioso, con el juego Pokémon que incluso evolucioné mi Squirtle a Wartortle antes de pelear con Brock por miedo a que derrotara a mis Pokémon. Obviamente le di mil patadas cuando llegué al Gym.
Con ese Game Boy Color comenzó mi historia con las consolas portátiles de Nintendo… y los juegos de Pokémon obviamente.
Aero
Cada navidad para mi es especial por distintas razones y la vinculo más con ciertos acontecimientos que con los regalos que he recibido. De hecho, cuando niño siempre pedía lo mismo: «Pilas, cables, un pijama nuevo, traje de baño y mazapán». Ya ni siquiera recuerdo en qué ocupaba esos cables (aunque justo esta semana necesité unos cables para terminar de arreglar unos focos, así que supongo que toda la vida me he inventado esas cosas que tengo que hacer), pero el hecho es que mis experiencias en navidad vienen más de la mano con palabras, cenas, despedidas, villancicos y noches en vela.
Hay un regalo, sin embargo, que se me vino a la cabeza múltiples veces pensando esta respuesta: La primera PlayStation. Debe ser porque fue la única consola que me llegó en una navidad (repleta de juegos, todos pirata, por supuesto) y porque fue una total sorpresa, marcando así un verano de Crash Bandicoot y Megaman X6. No puedo quejarme.
Usleon
Mi primera consola no la recibí en navidad como varios. Por ende mi navidad más importante debe haber sido aquella en la que me regalaron el Nintendo 64 y me volví loco como el chico del video. Esta navidad es más simbólica que nada, dio comienzo a un algo diferente.
Con el Nintendo 64 realmente me adentré en el mundo de los juegos. Lo de arrendar todos los viernes algo en Blockbuster cobró importancia aquí. Y los primeros juegos que recibí fueron dos clasicones: Super Mario 64 y Banjo Kazooie. Si bien es cierto el GameCube ha sido la consola más importante en cuanto a uso… lo que me marcó fue aquella navidad de la consola que aún por unos meses llamé «Ultra 64»
Index
Cada consola que he recibido la he recibido en navidad. La Sega Genesis el año 95, la Nintendo 64 el año 98, la Gamecube el 02, la Wii el 06 y la Wii U el 12, Curioso dato.
En fin, podría mencionar fácilmente mi navidad del 98 cuando recibí la Nintendo 64, porque grité como el niño del clásico video y bla bla bla, pero tengo una anécdota mucho mejor.
Corría el año 2002. Era noviembre. Sí, noviembre. Yo estaba haciendo mis tareas ahí piolita viendo el club de los tigritos, cuando llega un cartero a mi casa con un paquete proveniente de Texas a mi nombre. Sí, «Mr. Inti Asenjo». Aún tengo el recibo de ese envío por USPS. Como sólo estaba yo en mi casa a esa hora, y estaba a mi nombre, pues abrí el paquete y PAF, ahí estaba una Nintendo Gamecube. Yo sin entender mucho quién era este señor Nguyen, pero me había regalado la consola de mis sueños con el Smash Bros. Melee y el Sonic Adventure 2 Battle, que será malo y todo lo que quieras, pero para alguien que partió su vida videojugabilistica con Sonic The Hedgehog 2, esto era un milagro hecho realidad. Así me pasé toda la tarde jugando ambos juegos (sin memory card, eso sí) hasta que llegó mi papá en la tarde-noche y me vio jugando y se enojó porque era mi regalo de navidad, ¡ERA MI REGALO DE NAVIDAD! Como es él, me dijo que lo guardara hasta Diciembre, pero mi mamá le dijo que cómo se le ocurría, que ya pasó la vieja. Así fue como conseguí mi regalo de navidad súper adelantado y me enamoré de la Gamecube.
Como ven, cada uno recuerda la navidad de distintas maneras y tiene en su corazón un regalo que todavía aprecia hasta el día de hoy.