Gracias a Nintendo, Sony lanzaría la famosa “PlayStation”.
“El padre del PlayStation”
Era un día común y corriente allá en Japón en el año 1988. Un ingeniero llamado Ken Kutagari estaba en su cómoda casa, disfrutando del día. Sony, una poderosa compañía que se especializaba en películas, música y demás, no tenía idea de lo que estaba a punto de comenzar. Kutagari disfrutaba de su familia, esto lo llevó a observar a su pequeña hija jugando un sistema de videojuegos. Pero esta no era cualquier consola. Era el poderoso Famicom, el cual posicionó a su compañía, Nintendo, como el líder inalcanzable en la industria de los videojuegos.
La historia del Famicom, conocido como Nintendo en América, es una de esas de ensueño. Atari había destruido la industria de los videojuegos. Miles de títulos de mala calidad abundaban en las consolas de esta compañía y pronto el mundo no quería jugar más abominaciones en ellas. Así que llegó el día en que la industria cayó en un hoyo. “El final de los videojuegos se avecinaba”, decían todos los analistas respetables. Sin embargo, llegó una compañía Japonesa llamada Nintendo y se aventuró, y arriesgó, a lanzar el Famicom con un cartucho. Uno que cambiaria el mundo y haría resurgir de las cenizas a esta industria que hace poco había sido destruida por Atari y sus desarrolladores.
Al estar mirando atentamente a su hija jugar con el Famicon, Kutagari tuvo una revelación. Él quería trabajar de alguna manera en esta industria y que mejor que con el líder de ella. Así que llegó con sus supervisores en Sony y les habló de una idea. El ingeniero les llevó un contrato para poder desarrollar el nuevo “chip de sonido” para la nueva consola que Nintendo tenía planeado lanzar. El Super Famicom estaba pronto en salir y Kutagari quería crear este chip para que la nueva consola de la gran N tuviera un sonido espectacular.
Pero la respuesta fue poco alentadora. Sony no estaba interesado en los videojuegos y rechazaron la propuesta. Kutagari no se daría por vencido. Comenzó a trabajar en el chip en secreto para después mostrarle su trabajo a Norio Ohga, el presidente de Sony en ese tiempo. Ohga era un visionario, había adquirido Columbia Pictures para entrar en el negocio de las películas. Además había comprado CBS Records para entrar a la música. Todo esto le dio grandes ganancias y poder a Sony a finales de los años 80 y principios de los 90. El presidente apoyó a Kutagari y el chip de sonido se realizó, siendo lanzado con cada Super Famicom que vio la luz del día.
Nintendo estaba tan encantado con el trabajo de Kutagari que decidió volver a trabajar con Sony para algo nuevo, pero que tenía que ver con su consola principal. Sony y la gran N llegaron a un acuerdo, el cual traería grandes cambios a la industria. Sony desarrollaría un “añadido” al SNES, el cual le permitiría leer CD-roms. Esto atraería todo el poder de los CD a la consola de Nintendo. Este estaría puesto debajo del sistema y le permitiría a Sony obtener una cuota por parte de los desarrolladores que hicieran uso de este añadido.
Esto también le daba a Sony otra gran ventaja. En el acuerdo se estipulaba que el gigante de los electrónicos podría hacer un sistema propio. En consecuencia, Ken Kutagari comenzó a desarrollar una consola, cuya función primaria era tocar CDs. Y su segunda (pero igual de importante) función era tocar cartuchos dedicados para el SNES. Sony crearía una consola de ensueño para los desarrolladores, pues les abría una gran opción. También para los fanáticos que querían ver lo que los CDs podrían traer a la mesa. Sony estaba extasiado por la oportunidad de tener una buena tajada del mercado de los videojuegos, el cual estaba dominado por Nintendo. Todo parecía ir a la perfección allá en el año 1991, cuando Sony anunció al mundo su consola llamada: “Play Station”.
Nintendo y su arrogancia
Para entender un poco más de esta situación, tenemos que hablar de la política de Nintendo en aquellos años. La empresa había pasado de ser una simple y pequeña compañía de juguetes y cartas a convertirse en un monstruo internacional del entretenimiento. Detrás de todo esto estaba su presidente, Hiroshi Yamauchi, el cual era más empresario que videojugador. Él había convertido a Nintendo en lo que hasta ese entonces era: El rey indiscutible de los juegos de video. Su interés no era regalar nada, más bien controlar el mercado.
Cuando Atari casi derrumba la industria, Yamauchi y Nintendo fueron los salvadores. Todos los desarrolladores querían crear juegos para el NES. Sin embargo, Nintendo no dejaría que las compañías sacaran lo que quisieran para su famosa consola y esto los llevó a establecer reglas. Las compañías debían firmar un contrato de exclusividad con Nintendo. Sus juegos no podían aparecer en otras consolas más que en la de ellos. Además, tenían que ser de buena calidad para así no causar un “Atari-2”. Esto le permitió a Nintendo controlar la industria sin ningún rival por mucho tiempo. Tenían a todas las compañías en sus manos y, si alguna quería hacer un juego, no tendría otra opción más que Nintendo, con sus reglas, les gustara o no.
Es por esta razón que Nintendo tenía una gran arrogancia en la época del Super NES. Eran los reyes indiscutidos. Sega lo había intentado, pero era un distante segundo lugar pese a que la guerra continuaba entre los dos. La compañía ganaba millones de dólares en “cuotas de licencias” por parte de los creadores de juegos, por lo que la gran N en ese tiempo era poderosa, arrogante y hasta se podría decir “avariciosa”.
De amigos a rivales:
Sony quería una tajada grande del pastel. Es por esto que después de trabajar arduamente por días, meses y años, estaban felices de poder entrar al negocio de los videojuegos. Esa era su meta. Y en 1991 les llegó la oportunidad. La compañía reveló al mundo su nuevo sistema, el Play Station, en el “Consumer Electrinics Show (después sería el E3). Le apuntaban al éxito con este movimiento, a pesar de que aún seguían las negociaciones con Nintendo y nada estaba al cien por ciento cerrado.
Al día siguiente del anuncio, Hiroshi Yamauchi reveló un acuerdo con Phillips, el cual desarrollaría un añadido para el SNES. Este también leería CDs, igual que el sistema de Sony. Una puñalada a la espalda por parte de Nintendo y su líder, Yamauchi, el cual tenía calculado todo desde hace tiempo.
Cuenta la leyenda que Sony estaba furioso y después de ese golpe bajo planeó una venganza contra Nintendo. Pero aunque es verdad que esto debió ser un golpe muy duro para Sony, las dos compañías siguieron en negociaciones, pero ahora era muy diferente todo. Nintendo no quería regalar tanta libertad al creador del Walkman y le daría una tajada más pequeña de la cuota de licencias. El negocio se cerró y la gran N tendría lo que siempre quiso: Más control de todo.
Algunos prototipos fueron creados de este bebe entre Sony y Nintendo. Algunas imágenes surgieron y recientemente vimos una. Imágenes que nos hacen recordar el pasado turbulento entre los dos grandes de los videojuegos.
Las cosas llegarían a su fin en 1992, cuando se rumoreaba que Nintendo solo negociaba con Sony para hacer que este perdiera tiempo en entrar a la carrera de los juegos de video. Sony al parecer estaba cansado de todo este tema y no quería saber nada de consolas. Aparentemente, no querían aportar más dinero a algo que no era seguro y competir contra la gran N. Pero eso cambiaria pronto.
El padre y su hijo de cien millones:
Ken Kutagari no se daría por vencido, aunque al parecer la compañía para la que trabajaba ya lo había hecho. Sin embargo, fue con su presidente, Norio Ohga y le recordó algunas cosas que cambiarían el destino de la compaña. ¿Cómo era posible que los creadores del Walkman, una potencia mundial en electrónicos, se dejaran golpear tan descaradamente, y ni siquiera meter las manos? El ego de Sony no lo permitiría, por lo que Ohga mandó a Kutagari a seguir desarrollando una consola sin la ayuda de Nintendo.
Sony lanzaría el resultado de su arduo trabajo allá en el lejano 1994. El llamado PlayStation, pero ahora sin rastros del SNES. Este sistema abandonaba los cartuchos por CDs, un movimiento que resultó ser acertado para ellos pues el PS estaba creado para jugar títulos en su mayoría 3D, dejando en un segundo plano los 2D. Y los CDs tenían mucho más espacio para que aquellos nuevos títulos pudieran caber en su totalidad.
Pronto, miles de compañías fueron corriendo a los brazos de Sony y su nuevo sistema. Ese el cual tuvo títulos como Final Fantasy 7 y Metal Gear Solid. El mismo que llegó a vender más de 100 millones de consolas. El Playstation consolidó a Sony como el nuevo líder de los videojuegos y creó una nueva marca en el intento.
Mientras esto sucedía, Nintendo y Yamauchi creían que aun era su industria del pasado. No creían que los CDs eran el futuro así que lanzaron su nueva consola, el N64, para que solo tocara cartuchos. Pero los tiempos ya no eran los mismos y los desarrolladores ya no necesitaban de Nintendo para poder mostrarnos sus nuevas joyas. Al parecer, Nintendo siempre ha tenido un problema a la hora de adaptarse a los tiempos modernos. El N64, aunque más poderoso que el PlayStation, no tenía la capacidad de tocar CDs, y eso era lo que los desarrolladores necesitaban.
El resto es historia como dicen. No sabemos qué hubiera pasado si los dos gigantes hubieran aprendido a compartir y el PlayStation-SNES habría sido lanzado. Todo queda como un ejemplo del pasado del cual nos maravillamos. Una decisión puede cambiar todo por completo. Sin embargo, son estas historias las cuales existen para ser contadas. Una de dos gigantes que llegaron a ser amigos. Una donde la arrogancia de uno hizo más fuerte al otro. Pero una cosa es segura: Si no fuera por Nintendo, Sony quizá no existiría en los videojuegos hoy en día.
Revo