“¿Oye y si jugamos Fifa?” “No me gusta el Fifa” “Yaaa ¿y por qué?” “Si quiero jugar futbol, salgo y juego futbol” He tenido esa conversación múltiples veces, es la segunda razón por la cual no juego juegos de deportes, la primera razón es porque los aborrezco, pero la segunda es más material, menos subjetiva si es que se quiere; porque si quiero jugar el deporte, salgo y hago el deporte.
Año tras año, casi ya como un nuevo fenómeno comparado con el 21 de Mayo o la Navidad, EA hace lo imposible, lanza o lanzan la nueva entrega de los juegos más grises, sin alma y poco imaginativos de los cuales tengo memoria, ya sea FIFA, NHL, NFL o NBL, los videojuegos de deportes son ya pan de cada día.
Pero qué hace a un juego de deporte de hoy en día tan… eh. Es muy simple, queridos lectores, y es algo que en cierto modo beneficia a ciertos juegos, y condena a otros; la constante búsqueda por el realismo.
Existe esa constante pelea que tiene la mayoría de los juegos triple A de hoy en día por ser lo más reales posibles, shooters, juegos de pelea, deportes, incluso juegos de autos, todos tienen a la realidad 1-1 como su objetivo más próximo, pero… ¿Por qué?
La verdad es que el factor realidad atrae a cierta demografía de gamers, un gran número de personas se siente atraída a este ámbito de los videojuegos, a su veracidad, a su exactitud, su completitud y atención al detalle, este arduo trabajo para poder conseguir los datos más precisos, la calidad gráfica de pelo, lluvia, viento, etc. más real, las físicas más consistentes con el diario vivir, todos estos son factores a los que estos juegos apelan.
Este nivel de realismo realmente transforma a un juego; miremos a los juegos de deportes contemporáneos, para atarlo con cómo empezó este artículo, miremos a FIFA.
FIFA se podría considerar como el juego de fútbol más popular de los últimos años, la existencia de una consola de nueva o de última generación presupone la existencia de, a lo más bajo, un juego de la franquicia de FIFA por hogar, son globales, en el sentido de que su alcance es generalizado y son particularmente populares en los países del cono Sur, debido a la predominante importancia del fútbol como deporte en el mismo territorio. La demografía a la que apunta es además muy grande, niños, jóvenes y adultos pueden poner sus manos en un control y jugar FIFA luego de algunos minutos o algunas cuantas palabras que contengan información sobre el juego, son muy abiertos en cuanto a skill necesaria para poder jugarse.
Pero ahora, luego de hacer este pequeño comentario introductorio a FIFA, veamos lo que nos trae aquí, una pequeña denuncia al espíritu de la realidad que se marca tanto en esta franquicia de videojuegos.
Tengo la ferviente creencia que si existe un límite en cuanto al realismo que un videojuego debería tener, en cuanto a eso soy algo purista, los videojuegos son posibilidades de hacer lo imposible, tocar lo intocable (Row row fight the power!) nos dan las herramientas para poder hacer, básicamente, lo que nos plazca, podemos ser héroes o villanos o moralmente grises, usar espadas o pistolas o nuestros propios puños, realizar nuestras búsquedas impulsados por el amor o la venganza o la ganancia personal, nos dejan ser soldados, héroes de fantasía o Dios en algunos puntos, nos entregan estas posibilidades sin bordes que debemos aprovechar y atesorar.
Es por esta razón que veo a FIFA con diferentes ojos, para mi FIFA se desliga de esta esencia de los videojuegos y pasa a ser otra cosa, su constante caminata hacia la realidad lo transforma en un simulador, lejos quedan aquellos juegos de deportes con los feels de arcade, aquellos juegos de N64 o SNES en los cuales lo que menos importaba era la fidelidad con la realidad.
FIFA se transforma en un simulador, en la cual se maneja una serie astronómica de datos, entre datos sobre equipos, sobre jugadores, sobre condiciones climáticas, sobre incluso estado de ánimo de los propios jugadores. También datos como condición física, sobre directores técnicos, en fin, se agrupan una serie de factores externos al juego mismo, al gameplay de su núcleo, se le acopla una serie de elementos que, si bien, no empeoran su jugabilidad, la complejizan a un nivel incluso algo difícil de comprender.
A cierto modo, FIFA es incluso comparable con otros simuladores, por ejemplo, los simuladores de vuelo o los simuladores de conducir que son (Extrañamente) populares en ciertas partes y con respecto a cierta audiencia. En su propia esfera, FIFA y juegos como Euro Truck Simulator son simuladores de sus respectivas áreas, uno de camiones, otro del deporte conocido como fútbol, ambos tienen el mismo nivel de profundización en cuanto a sus materias, ya sea conducción en tiempo real o fatiga en tiempo real, ambos tienen una demografía marcada, más grande en el caso de FIFA; ya que la globalidad del deporte lo hace más atrayente un número más casual de posibles jugadores.
Es así como expreso mis sentimientos a FIFA, o en realidad, a cualquier juego de deportes mainstream de hoy en día, ya sea si se juega con las manos, con los pies, con ambos, o incluso con otro tipo de juegos, muchos juegos de carreras de hoy en día también podían caer bajo la clasificación de simuladores, pero en fin, eso es lo que me trajo a escribir este pequeño artículo, una simple conversación entre amigos. “No, no me gusta Fifa”
Addendum:
Luego de una conversación sobre el tema con otro amigo, se me informó que, de hecho, hay gente que los juega por la misma razón por la cual fueron criticados en el anterior artículo, porque son simuladores, se me explicó cómo para ciertos jugadores, el mismo factor de la simulación es lo que los atrae, los incita a jugar el hecho de que puedan jugar con cualquier equipo, con cualquier jugador, el hecho de que puedan hacer cosas que en la vida real se podrían ver como imposibles o altamente improbables, la posibilidad de ganarle al equipo mejor evaluado del mundo con otro con stats mediocres “Eso es lo que encuentro entretenido” se me dijo, de cierta manera esa conversación me abrió los ojos y me permitió ver a FiFa y a los demás simuladores de deportes desde otra perspectiva.
Aun así ni me pillan muerto jugando uno ¿20 personas peleando por una pelota? ¿Acaso soy huevón?